Poeta en espiral

Pensé en escribir mi eterno sentir...

pero no quiero escribir con la tinta del 
llorar.

Así que sólo pensé en los lugares de mi
mente caminar...

por los senderos que hace tiempo no 
recorría.

Y a pesar de todo,me atreví a escribir

"Te mueres por escribir" - dijo una voz 
conocida proveniente de la nada. 

"Te estas muriendo y no haces nada"

Mi rostro comenzó a volverse pálido,
y sentía que mi cuerpo era moribundo,
y todas las ideas, tenían un olor. 
Sí, olían a dolor...

Como apestaban.

Empecé a sentir náuseas por el aroma, 
y así, sin más, sostenido del tronco de 
un árbol sin sombra, comencé a 
vomitar ideas.

Y todo el pasto que estaba cerca de allí, 
por alguna suspicaz razón, comenzó a 
florecer con destellantes coloridos, 
que sólo la mente de un dañado podría 
comprender.

¿Vómito?¿Color?
Yo temblaba de arriba a abajo, 
estaba hecho un asco. Mi imagen, 
mi persona debilitada, contrastaba 
enormemente con los colores que 
empezaban a rodearme. Había algo 
que no estaba entendiendo.

Y, por más que intentaba saberlo, 
mi ser, enteramente, estaba 
destrozado, no podía ver más 
que puntitos de colores, 
mi vista comenzaba a nublarse...

Caí al suelo.

Se golpeó mi cabeza, se rompió, y, 
se me salió todo el cerebro...

pero seguia consciente. Podia seguir 
pensando, sentía. 
Olía ese apestoso dolor.

Y, extrañamente, escribía...
Todo grabado quedaba en el 
subconsciente.

Ahí estabas tú. En un renglón torcido, 
como si fueras lo único que supiera 
deletrear.

Pero yo, en silencio, seguiria
pensando en espiral.

(Canalla, ayúdame...)